Del eterno femenino corresponde a una serie de collages análogos tridimensionales en pequeño formato que abren una grieta entre la representación de la mujer en la historia del arte y la experiencia contemporánea de ser mujer y maternar.

El dolor, la frustración, la falta de tiempo y de espacio personal aparecen como temas recurrentes, que se hacen visibles no solo en la narrativa de las imágenes, sino también en la elección del formato reducido de las obras, que evidencia mis limitaciones en el ejercicio de creación artística como una mujer que decide ser madre. Cada obra, en su escala reducida, encarna esa paradoja y es testimonio material de lo que muchas mujeres enfrentamos cuando nuestros espacios y tiempos se ven condicionados por las tareas de cuidado.

El gesto de cortar, yuxtaponer y componer funciona aquí como un acto de resistencia, pero también de observación minuciosa: una arqueología emocional que saca a la luz escenas y sensaciones relegadas al ámbito privado. En ese sentido, la tridimensionalidad del collage no es un mero recurso estético, sino una declaración espacial: esas historias personales merecen y requieren volumen, cuerpo y materia, creando universos cargados de complejidad.

Del eterno femenino dialoga con una tradición que ha idealizado “lo femenino” como esencia inmutable, para desmontarla desde adentro. Las obras no ofrecen respuestas definitivas, pero sí provocan preguntas urgentes: ¿Qué implica maternar y crear al mismo tiempo? ¿Desde qué lugar se enuncia hoy lo femenino? ¿Qué historias quedan aún atrapadas en el silencio de lo doméstico?